¡Ay! Que tiempos aquellos, en los que el enconfrador se podía permitir un Mercedes de 50.000 o 60.000 euros, una casa de 200.000 euros, irse de vacaciones a Japón (4.000 euros), comprarse su correspondiente cámara reflex (1.000 euros), ir de compras y gastarse 900 euros, la pantalla plasma de 1.500 euros y un largo etc de productos inútiles y consumidores de líneas de crédito. A mí, y creo que a cualquiera que haya estudiado la historia económica del último siglo, le recordará a los maravillosos años 20, el american way of life, al igual que en aquellos tiempos, el consumo se disparó, el crédito se triplicó y el apalancamiento de la familia de ese encofrador (que será nuestro personaje, es totalmente aleatorio que nadie se sienta identificado ni maltratado) se ha ido a 10 o 20 veces.
Mientras los tipos han estado bajos, el préstamo hipotecario o el crédito al consumo (si estaba a tipo variable), no le amargaba la cuesta de fin de mes y sí que podía tener para un caprichito, como el fin de semana en la sierra (200 euros).
Nuestro personaje lo tenía todo, estaba en la cresta de la ola, se creía todopoderoso, se creía que lo mejor que podía hacer era crear su propia empresa para ganar más, ya que nuestro encofrador sabe que su jefe cobra más que lo que le paga a él, obvio, así funcionan las empresas y es un equilibrio natural que se debe de mantener. Se decide, después de mucho pensarlo, y crea su propia empresa (a dormir con los peces encofradores S.L). El banco, le trata de maravilla y le da su préstamo de 60.000 euros para que compre materiales y su línea de crédito de 30.000 euros para que pueda gestionar el circulante.
El inicio de la empresa es un éxito, no se lo podía imaginar, ni en sus mejores sueños, tiene que contratar más trabajadores, así contrata a su sobrino de 17 años y le enseña el oficio.
El chaval ha dejado de estudiar, porque todos sus amigos están trabajando de peones y todos tienen coches, tatuajes, su novia a la que le regalan de todo, se van de vacaciones a donde quieren, se compran la ropa buena, etc. además tiene a su tío triunfador, así que piensa que lo de estudiar es un rollo y no da dinero, está cansado de pedir dinero a sus padres y un día lo decide, “no soy buen estudiante, estoy en 3º de la ESO con 17 años, así no llegaré a mucho, ¡me voy con mi tío!”, esas fueron las palabras con las que argumentó a sus padres que dejaba los estudios. Comienza con un buen salario 1.200€ más horas extras, en unos meses, ya tiene unos ahorros que emplea en dar la entrada al concesionario para su flamante Seat León, el resto, lo pide al banco, que por supuesto no quiere perder un cliente, es fantástico piensa el sobrino, tengo el coche, sólo he puesto un 10% de lo que tengo en la cuenta corriente y tengo muchísimo dinero, se va a hacer un tatuaje y comprar unas llantas chulas para el coche y además se va a ir de vacaciones a Punta Cana con su nueva novia, empieza a disfrutar de su existencia.
Volvamos con su tío, ahora mismo tiene una empresa con éxito, tiene muchas obras y gana mucho dinero, a parte de su sobrino, ha contratado a 20 trabajadores más (alguno que otro, amigos de su sobrino). Ha tocado el turno de renovar materiales, pero se encuentra que no hay mucho dinero en caja, las comidas de empresa para cerrar tratos, su nuevo coche que ha pagado mediante un leasing con la empresa le saca mucho dinero de la cuenta y la cantidad de horas extras de sus trabajadores está mermando su circulante, además los materiales han subido un 20% desde que constituyó su empresa y compró los primeros materiales, pero sabe que ese 20% no se lo puede aplicar al constructor, ya que, existe mucha competencia y se iría con otro más barato, y sin embargo, el cliente si que ha aumentado sus márgenes al consumidor final, situándolo en el 300% (éste dato es real, un constructor se sacaba esta rentabilidad por vivienda vendida).
¡Ay! ¡Maldito Euribor!, ¡no para de subir!, ahora no paran de hablar en la televisión de la crisis subprime o NINJA, parece que los bancos están pasando apuros, la liquidez de la que gozaban los bancos comienza a desaparecer, nadie se presta dinero, aparecen las palabras que hundieron a Japón a finales de los 80, ¡crisis de confianza!.
Nuestro encofrador ya no tiene tan fácil conseguir dinero vía préstamos o créditos, en su entidad financiera, las operaciones que solicita tienen que pasar el tedioso trámite de que lo analicen los departamentos de riesgos, sí, ese departamento olvidado en la expansión del crédito, durante el american way of life.
Menudo faena que le han montado a nuestro encofrador el departamento de riesgos, ahora no sólo no le dan los 72.000€ solicitados, esos se los dejan a mucho menos de la mitad, 20.000€, pero le cierran la línea de crédito por que su cuenta está en negativo, hay una letra descontada que está impagada por culpa de que un cliente de “a dormir con los peces encofradores S.L.” ha quebrado, ya que, era un chiringuito inmobiliario, dirigido por una persona de baja cualificación que pensaba que construir pisos y venderlos es algo muy fácil, con un océano fértil es de tontos cultivar hortalizas, eso es lo que pensó este nuevo “tiburón” inmobiliario. Pues ahora, la gracia le supone 90.000€ que ha dejado de ingresar, pero a esto le sumamos el gasto de materiales, personal, etc. Finalmente, esto se convierte en un problema, sólo le han dado los 20.000€ gracias a que ha puesto como garantía su Mercedes inicial (que utiliza su mujer) y toda los activos que posee la empresa.
Las cosas comienzan a ir muy mal, los promotores y constructores se encuentran igual que él, los bancos y cajas comienzan a ofrecer tipos de interés muy, muy altos, ya que nadie les presta dinero, los instrumentos derivados que utilizaban antiguamente para conseguir liquidez han desaparecido, los mercados OTC (over the counter) o a medida, ha dejado de cruzar operaciones, los brokers no cogen el teléfono, y lo que lo terminan cogiendo ponen el rejón, exceso pagado en la prima o por operación, como se conoce en el argot financiero. Los bancos están muy tocados y a nuestro emprendedor le empiezan a acuciar las deudas, despide a un 20% de la plantilla, ya no tiene materiales ni medios para conseguir contratos buenos, por que su empresa no es eficiente, no tiene ventajas competitivas frente al resto de competidores, las pocas obras que siguen en pie, se las adjudican a las empresas que son, exactamente eso: eficientes, con recursos, con los mejores profesionales y los más cualificados en su profesión.
A pesar de que el Euribor comienza a bajar, con la caída de tipos que ha impulsado el Banco Central Europeo, los bancos se sacan el as debajo de la manga, el tipo de interés que te aplico está acotado, nuestro emprendedor firmó un contrato de un activo derivado muy común en el american way of life, un collar, es decir, si suben los tipos de interés no pago más allá del 6% y si bajan no pago más del 3,5%, así que, a pesar de que el Euribor, está en el 2.34%, nuestro personaje paga el 3.5%, las cosas están muy mal, tiene que despedir a más gente, ahora decide reducir al 50%.
Tiene muy pocas obras, muy pocas, ahora España, que llegó a construir más viviendas en un solo año que Alemania, Francia y Reino Unido juntas, se encuentra en crisis, ¡oh my God!, por mucho que el presidente del gobierno se esfuerce en decir que es un problema que hemos recibido del exterior, no es así, el desencadenante ha venido del exterior, pero antes o después esto tendría que estallar, no es lógico que la gente que se enriqueció durante los años de bonanza invirtiera en pisos como vehículos de inversión, atraídos por las charlas de bar, “compré un piso hace 2 años y ahora lo vendí por un 30% más”, si pero es que lo compras con un préstamos, es decir, apalancándote, asumiendo mucho riesgo y además pagaste intereses que mermaron tu rentabilidad, sin decirte, lo que has perdido del IPC y sin anualizar ese 30%.
La creación de hogares en España, es cierto que creció a un buen ritmo, pero las viviendas existentes lo hicieron a un ritmo muy superior. Un bien de primera necesidad, no se puede utilizar como un instrumento de especulación, para eso existen otros mercados mucho más eficientes, transparentes y organizados (como puede ser la Bolsa o mercados de Renta Fija, o derivados plain vanilla, para gente más agresiva). Antes de la crisis del 29, sucedió lo mismo en Florida, con las opciones de compra de terrenos, finalmente como nadie quiere la propiedad de ese terreno, llega un momento en que la falta de liquidez o el hinchamiento de la burbuja es tal que comienza a bajar, bajar, bajar. Ahora mismo, las personas que compraron su piso-inversión en el 2002 y no lo han vendido aún, están con él en stock y sin perspectivas de venderlo en un horizonte corto de tiempo, si hubieran invertido en Bolsa, por ejemplo, ya tendría la liquidez deseada, ya que vender sus acciones de Afirma (constructora), es tan fácil como decírselo a su gestor comercial de su entidad financiera habitual, o incluso realizar la transacción él mismo por Internet.
Volvamos a nuestro protagonista, después de mucho pensárselo, decide terminar con su sueño, con sus ilusiones creadas. De la euforia inicial pasa a la decepción de tener que dejar una empresa propia, de estar nadando en la abundancia económica a estar en la ruina. Ése sueño americano, que tanto han vendido las películas de Hollywood, se ha roto. Él y su sobrino, están en la calle, cobrando el paro, pero eso no les llega para cubrir sus gastos. Ahora el gobierno se encuentra, sin posibilidades de maniobrar, una falta de previsión sin precedentes y unos modelos económicos del siglo pasado.
Ningún ministro de economía, ha sabido ver la que se nos avecinaba, han construido un modelo de crecimiento basado en la construcción, sin diversificar la economía, teníamos gente preparada y cualificada para afrontar proyectos más ambiciosos (palabra típica de político), que un modelo de crecimiento caduco. Es hora de enfrentarse al mundo globalizado y España no está lista para ello, nos quedaremos como en los inicios de los 90, seremos un país en vías de desarrollo en Europa.
Esta crisis, deseo que se termine lo antes posible, pero como señalan muchos analistas, que creo que están en lo correcto, será para mucho tiempo, al igual que lo fue la del 29, aunque creo que saldremos más rápido de ésta por que existen muchos factores que difieren.
Nuestra empresa “a dormir con los peces encofradores S.L.” ha ido al mismo lugar que propone su nombre y con ella ha enviado a todo especulador inmobiliario, los políticos, ministros de economía, empresarios cualificados, presidentes del gobierno, entidades financieras, y demás fauna que nos han enviado a esta situación.